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TÉCNICAS DE CAZA: LA BATIDA .

miércoles, 26 de mayo de 2010


Sí se comparan las diferentes técnicas básicas de caza entre sí, esto es el rececho, el acecho, y la batida, veremos que ésta última resulta la más compleja y eficaz de todas.

La caza en batida es una combinación de técnicas de los otros dos estilos, a la cual se le suma un rasgo distintivo de ésta modalidad; en la batida interviene más de un cazador, e inclusive hasta perros.

A la derecha: líder de grupo con un trofeo.

Ésta técnica es la de aparición más reciente en la historia de la humanidad, datando de entre cincuenta y cien mil años atrás. El motivo para su alta complejidad radica en que su realización requiere de la participación y coordinación de varios cazadores y eventualmente perros, y todo el desarrollo debe de ser previsto y planeado con anticipación. Puede decirse que la batida es producto de las complejas organizaciones tribales humanas y de uno de los primeros actos corporativos que se conocen. Desde el punto de vista sociológico es todo un fenómeno para estudiar.

Indudablemente ésta técnica tiene que haber aparecido forzosamente en forma tardía en nuestra historia, recién después que la caza al acecho y al rececho lograron un alto grado de popularidad, y de que ciertos patrones de conducta animal eran conocidos y explotados por el hombre en su provecho.

La caza en batida requiere de sus participantes un amplio conocimiento de la topografía de la zona, del comportamiento de los animales y de las habilidades de cada uno de los otros cazadores. Pero por sobre todas las cosas es indispensable contar con un grupo humano que haya evolucionado socialmente lo suficiente como para aceptar y comprender las ventajas que presupone el liderazgo de una persona.

FUNDAMENTOS DE LA BATIDA.

El concepto de la batida es simple y muy efectivo. La idea consiste en arrear todos los animales de una zona hacia donde se encuentran apostados los tiradores.

Durante ésta recorrida del terreno los cazadores denominados batidores, buscan de empujar lentamente a los animales presentes en una dirección preestablecida, que es donde se encuentran apostados los tiradores, cerrando todas las posibles rutas de escape del territorio. La culminación de la batida se produce en ese lugar, llamado de cierre, donde las reses son abatidas en forma sistemática, aunque en ocasiones algunas presas son muertas por los batidores cuando intentan romper el bloqueo que estos les imponen.

Entre los occidentales la técnica tal como se conoce ahora se originó en Europa, pero la práctica de la misma comenzó a mermar en el viejo continente hace siglos atrás, cuando sus manadas se desvanecieron por la sobre explotación de las mismas, por el exceso de población con la pérdida consecuente del hábitat y probablemente por las guerras y la intensa deforestación típica de la actividad ganadera. Solamente España conserva la tradición y aún organiza batidas con regularidad, pero las mismas son extremadamente costosas y se trata más de un evento más de tipo social que de caza en sí.

Pero Europa no fue el único continente dónde se desarrolló ésta tecnología. Entre otros ejemplos, los nativos de América del Norte organizaban rodeos en los cuales empujaban a manadas enteras de búfalos hacia precipicios. Sí bien el tiempo transcurrió, las manadas de búfalos se extinguieron y el arco y la flecha dieron paso a las armas modernas, la batida aún continua entre nosotros, aunque con leves modificaciones.

Afortunadamente en América las cosas son más sencillas, ya que la fauna se mantiene en buen estado de salud, aunque es justo reconocer que la batida, por diferentes motivos, es la menos conocida y empleada de todas las técnicas de caza. Quizá el hecho de que nuestra fauna goce de buena salud y de que el territorio americano no se halla sobre poblado por humanos tenga mucho que mucho ver con esto. En éste continente es aún sencillo cazar, inclusive para un hombre solo (lo que representa la norma), no siendo necesario recurrir a la acción corporativa de la batida para colgar carne en la "ganchera".

Por su filosofía la batida fue nunca una técnica orientada hacia la caza selectiva ni de trofeos. En ella se abate pelo, pluma y cuero, o lo que es lo mismo todo aquello que salga al paso, incluyendo animales de diferentes especies, sin respetar edades, sexo o tamaño.

Éste tipo de cacería surgió cuando los humanos aún no nos andábamos por las ramas perdiendo el tiempo con cazadores de salón que desde Clubes, Consejos y otras punterías similares se dedican a medir trofeos. La finalidad de la batida era simple y llanamente la de lograr realizar un buen acopio de carne para la olla tribal y no recolectar medallas de oro, plata y bronce que no se pueden digerir, y éste acopio se intentaba completar de una sola vez, con el menor gasto de energía y daño físico a los participantes que fuera posible.

En el Perú, específicamente en el Departamento de Lambayeque, se practica ésta modalidad, aunque no es común a todos los grupos de cazadores. El origen se desconoce, pero probablemente se haya heredado de los inmigrantes europeos que arribaron a América de los dos últimos siglos.

CONSIDERACIONES. LOS PARTICIPANTES.

Los participantes de una batida se dividen en dos tipos de cazadores: los tiradores de puesto y los batidores del área. En la organización de una batida se debe tener en cuenta lo siguiente.

1.El estado físico de los cazadores.

2.El número de integrantes del grupo.

3.El conocimiento del campo de cada uno de ellos.

4. El tipo de arma de cada cazador.

5. La rapidez y experiencia del tirador de puesto, punto clave para dar fin a la emboscada.

6. La experiencia en la identificación de huellas entre los batidores.

7. El tiempo que el batidor o batidores deben de calcular para que el tirador de puesto esté perfectamente ubicado.

8. La sincronización entre batidores en el caso de ser más de uno.

9.La geografía del terreno.

10. La dirección de los senderos.

11. La ubicación de las partes mas angostas o cuellos de botella del área teniendo en cuenta la dirección de los senderos para determinar hacia donde queremos encaminar a nuestra pieza de caza. Para ello se aplica el proverbio que reza que "lo angosto del terreno para el tirador de puesto, lo amplio del mismo para el batidor".

Normalmente por cada grupo hay dos lideres y durante un día se puede llevar a cabo más de una batida. De los líderes uno es quien dirige la ubicación de los tiradores, actividad fundamental para cerrar herméticamente la mancha, y el otro organiza y dirige a los batidores. Tanto el arreo como el remate los jefes de cada grupo se basan en su conocimiento del terreno, aprovechando cada hito topográfico para empujar o acorralar a las reses, y entre ambos coordinan la estrategia general, aunque cado uno maneja su gente de acuerdo a su criterio.

No todos los grupos poseen la cantidad de cazadores y la experiencia necesaria como para afrontar dos líderes. De ser así y se cuente solamente con uno, será él que resulte escogido como coordinador quien dará las órdenes a ambos grupos, ya sea que actúe como batidor o como tirador de puesto. Es decir, si es tirador de puesto indicará a cada uno de sus batidores por donde ir y que dirección tomar, ya que en éste caso el líder permanecerá con los tiradores.

En ese caso se supone que es un terreno conocido por él. Pero si el terreno es desconocido por todos, no hay tiempo para hacer el reconocimiento y recolección de datos como huellas y senderos, y se desea salir a la aventura, el líder improvisará la ubicación de puestos y enviará a sus batidores de acuerdo a su criterio y a sus conocimientos de la geografía del terreno. En ese momento todo depende de su olfato para "leer" la situación con la escasa información que dispone, y de su experiencia para ubicar a los tiradores.

LOS LÍDERES.

Para que el líder forme parte del grupo de batidores, necesariamente alguien del grupo de tiradores debe convertirse en jefe de los mismos parea ubicarlos en una forma racional.

Ésta es la oportunidad que siempre espera alguien que apunta como futuro caudillo. Si el campo es desconocido por todos y el líder va como batidor en la partida, se pone a prueba al futuro adalid dejándole escoger la ubicación de las posiciones de cierre y se lo encarga de colocar a los tiradores en los diferentes puestos según su criterio, previa planificación desde la parte baja del terreno en caso de que el mismo no sea llano.

Si las reses salen por lugares donde no hay ningún tirador como consecuencia de la mala ubicación, se analizarán los errores que cometió y como debe corregir para la próxima oportunidad que tendrá en el mismo terreno, y se le dará la oportunidad a otro integrante del grupo en el siguiente terreno a batir.

El cazador que pueda cumplir alternativamente las funciones como líder de batidores y tiradores sin cometer demasiados errores se convierte en un miembro importante y respetado del grupo, sin importar la edad que tenga, ya que ha demostrado en el campo que posee lo que se necesita: sabiduría y buen tino.

Cuando un grupo como el nuestro sale a cazar, se analiza el número de integrantes con los que cuenta, luego se destacan a los mejores tiradores para los puestos de tiro, aunque esto no es una regla, ya que tambien van buenos tiradores a batir el campo. Siempre el líder es el encargado de dejar a cada tirador en su puesto, y cuando llega al último sendero de escape toma posición, siendo el encargado de cerrar ésta salida, completando así la emboscada.

LAS ARMAS.

Se escogen sobre la base del tipo de terreno y distancia a cubrir. Escopetas para mote cerrado, armas de cañón rayado para los espacios abiertos.

Es importante considerar también el tipo de arma que porta cada integrante del grupo. Los que poseen armas recamaradas para cartuchos rasantes y de buen alcance, como el 308, 270 o el 243, toman los puestos con una vista panorámica amplia, desde donde pueden cubrir varios senderos dentro de un radio de hasta 300 metros. En los senderos sobre los cuales la distancia de disparo es más corta se colocan a los tiradores d mira abierta, mientras que aquellos que portan sistemas ópticos tomarán lugar donde los disparos sean más largos.

Por último las escopetas son colocadas en puestos con salidas cerradas de monte y con senderos dentro de los 40 a 50 metros. La escopeta es un negocio al bulto y a corta distancia. Eso no quiere decir que una carabina no pueda ser utilizada en un puesto de estos, dependiendo de la destreza del tirador, y si éste es hábil podrá abatir al ciervo en un puesto de tiro cerrado en el primer o segundo salto del animal. Aunque como dice el dicho," a mejor tirador se le va la paloma", y en monte cerrado dos saltos representan muchos metros y se pegan en aun abrir y cerrar de ojos.

Por su lado los batidores precisan ser duchos en la identificación e interpretación de huellas y rastros para poder levantar a las reses de sus zonas de encame, orientarlas hacia los puestos y ponerlas a tiro de los mismos. En muchos casos el batidor tiene la oportunidad de definir, sobre todo cuando el ciervo lo deja llegar muy cerca (rasgo típico del comportamiento de evasión del ciervo cola blanca), y sale corriendo con la cola levantada como un plumero, sorprendiendo al batidor. Es aquí cuando éste puede demostrar su destreza disparando. Según las características del terreno el batidor puede utilizar carabina o escopeta.

Las escopetas se pueden cargar con "postas", que no son más que perdigones de grueso calibre, y por lo general entran nueve de ellas por cartucho. Éste es un disparo efectivo a no más de treinta a treinta y cinco metros. La otra alternativa es el empleo de los Breneckes, que es una sola bala de plomo, y sí bien su alcance efectivo es de hasta ochenta metros, su precisión los hace realmente útiles hasta los cincuenta metros.

Las modernas escopetas americanas semiautomáticas y de cañón rayado, capaces de disparar Sabots, son muy rápidas, precisas y con un alcance efectivo es de hasta ciento veinticinco metros. Esto las convierte en el arma ideal para resolver situaciones donde la velocidad de reacción lo es todo, particularmente dentro de espacios cerrados.

LA TÉCNICA.

Los batidores cubren el terreno avanzando hacia los tiradores, marchando en forma paralela entre sí, distribuyéndose en el área de acuerdo al número de integrantes. Su labor termina cuando cada uno llega a un puesto de tiro.

La idea es de sacar a los animales de sus encames diurnos, pero dándoles la oportunidad de escabullirse lentamente hacia los tiradores. Por esto la marcha de los batidores debe ser lenta, aunque sostenida, y sin dejar huecos para que alguna presa logre escapar hacia atrás.

Arriba: Caballito peruano, mula con vituallas al lomo, esopeta en bandolera y compañero de cacería. Al fondo el paraíso. ¿Se puede pedir algo más?

Mientras recorren el campo los batidores no necesitan hallarse muy cerca uno del otro, y pueden no mantener contacto visual entre sí. Por lo general una distancia de cien a ciento cincuenta metros de intervalo libre es más que suficiente, ya que raramente los animales se arriesgarán a intentar colarse entre dos cazadores, en particular sí actúan bajo la creencia de que en la dirección opuesta a la que se acercan los batidores el campo está libre.

Pero en última instancia la separación entre cazadores está dada por el ancho del terreno a cubrir y la cantidad de batidores disponibles.

El batidor caminará idealmente con el viento a sus espaldas, de modo de "empujar" a las presas hacia los tiradores con su olor y el ruido que genera al desplazarse. Incluso muchos de ellos fuman y hablan o cantan intencionalmente durante la batida con éste propósito.

El batidor debe de ser un sabueso en el monte, utilizando su visión para rastrear y ubicar a la presa. Su labor principal consiste en leer los rastros y huellas correctamente, y actuar de acorde a esa información.

Pero entre los grupos que se conocen entre sí y cazan en conjunto desde larga data, por lo general todos sus componentes pueden actuar en cualquiera de las dos posiciones, siendo duchos en todas las funciones. Quizá la elección entre actuar como batidor o tirador depende más de las apetencias personales que de las cualidades de cada uno. Hay cazadores que son demasiados ansiosos como para sentarse a esperar en un puesto, y a la inversa, los hay aquellos que no les gusta rastrear, o que por motivos físicas les cuesta más realizar el esfuerzo de las largas caminatas.

Independientemente de la función que uno escoja realizar en la batida, éste tipo de cacería es siempre un evento agradable, lleno de compañerismo, y por sobre todas las cosas, por la satisfacción que brinda al grupo el poder planear y actuar como un equipo bien entrenado.

Nuestro próximo artículo al respecto de la batida será dedicado a la planificación de estas cacerías según el tipo de terreno.

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